El Imperio Red Bull

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El imperio es liderado ahora por el hijo del fundador, Mark Mateschitiz, de 31 años, el hombre más rico de Austria, con una fortuna personal estimada de unos 20.000 millones de euros.

Saltos de la estratosfera, campeonatos en serie de Fórmula 1 y dos clubes en la Liga de Campeones: el imperio de Red Bull va mucho más allá de una mejora bebida energética en una ya icónica lata plateada, que nació en un pequeño pueblo austríaco hace casi 40 años.

Al poco tiempo de salir al mercado, a mediados de los años 1980, Red Bull ya dejó de ser una mera marca cualquiera, gracias a sus llamativas campañas publicitarias y sus extravagantes estrategias de marketing, que le proporcionaron la personalidad distintiva que tiene hoy en día, además de una enorme visibilidad.

La última gran victoria de Red Bull fue el campeonato de constructores de Fórmula 1 tras la victoria de Max Verstappen en el Gran Premio de Japón la semana pasada, quien este sábado podría ganar su tercer Mundial consecutivo en el Gran Premio de Catar.

Red Bull y su expansión

Pero ésa es solo una de las estrategias de marketing de la empresa que Dietrich Mateschitz, fallecido en 2022 a los 78 años, fundó en su momento inspirándose en unas bebidas que existían ya en Tailandia pero proponiendo un estilo de vida moderno y rompedor.

Así, Red Bull se convirtió rápidamente en la primera marca de una novedosa categoría de producto: las bebidas energéticas.

Desde entonces, la bebida que “da alas” ha ido expandiendo desde su sede central en Fuschl am See, en los Alpes austríacos, sus tácticas publicitarias a numerosos nichos.

El protagonista es casi siempre el deporte y, en concreto, el deporte extremo, como las motos, el bicicross, el vuelo acrobático o el salto de esquí.

Insólitas campañas publicitarias

Una de las campañas de Red Bull más espectaculares fue el “salto estratosférico” de Felix Baumgartner desde una cápsula a 39 kilómetros de altura.

El evento, que costó decenas de millones de dólares, fue retransmitido en directo al mundo entero en 2012, como si se tratara de una nueva llegada a la Luna.

“No llevamos el producto a la gente, llevamos la gente al producto”, había dicho el propio Mateschitz en 2002 a la revista británica “The Economist” sobre su estrategia de publicidad.

Más allá del deporte, las campañas de marketing de Red Bull se han abierto más puertas los últimos años y llegan incluso hasta la música, con la “Red Bull Symphonic”.

Se trata de un espectáculo de música en el que artistas modernos colaboran con reconocidas orquestas sinfónicas interpretando en estilo clásico sus éxitos, que pueden ser de rap, hip-hop o rock.

Clubes deportivos de alto nivel

Además, Red Bull es propietaria de varios clubes de fútbol, entre ellos el Salzburgo, que este martes cayó ante la Real Sociedad en la Liga de Campeones por 0-2, o el RB Leipzig de la Bundesliga alemana, así como varios otros en Estados Unidos, Brasil o Ghana.

El imperio es liderado ahora por el hijo del fundador, Mark Mateschitiz, de 31 años y el hombre más rico de Austria, con una fortuna personal estimada de unos 20.000 millones de euros.

El grupo Red Bull no sólo tiene equipos deportivos sino también una casa editorial y un canal de televisión en abierto (Servus TV), un tanto polémico en Austria por su línea editorial conservadora.

Red Bull en números

Red Bull vendió más de 11.500 millones de latas en 2022, bastante más de una por habitante del planeta, y sus ingresos aumentaron casi un 25 % entre 2021 y 2022, para situarse en 9.684 millones de euros el año pasado.

En 2021, Red Bull invirtió unos 1.600 millones de euros en patrocinios deportivos y en publicidad, es decir, alrededor de una cuarta parte de sus ingresos anuales.

Fuente : EFE

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