David Plouffe, el asesor político más prestigioso del mundo le dio la victoria a Barack Obama.

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David Plouffe, el director de campañas políticas más prestigioso del mundo, cuyo mérito fue llevar a la Casa Blanca al candidato que menos nombre, dinero y aparato tenía: Barack Obama.

Según David Plouffe, autor del famoso libro «Audacity to win» la estrategia de un candidato «debe ser rápida, fácil de entender y aplicar». Además, debe comprender «hacia dónde van las cosas» y darle oxígeno a una campaña contratando jóvenes e invitar a profesionales fuera de la esfera política.
Elogiado por Barack Obama, premiado muchas veces, Plouffe dejó una huella imborrable en The Victory Awards Conference 2014, donde fue el orador estrella.
Su presentación, didáctica, directa y sencilla, da valiosos consejos y secretos sobre cómo opera una campaña presidencial victoriosa.

 

Quienes trabajan con él dicen que «preferiría que le clavaran un lápiz en un ojo antes que posar para una foto». David Plouffe ama el segundo y el tercer plano, pero conoce como pocos el primero. Y, como jefe de campaña, se especializa en llevar a otros, certeramente, hacia allí. Hacia la cúspide.

Eso fue lo que hizo con Barack Obama en la memorable campaña electoral de 2008, de la que fue jefe y arquitecto. El fascinante recorrido por el que un negro llegó por primera vez a la Casa Blanca, derrotando, en el camino, a contendientes mucho más avezados: primero, a Hillary Clinton en las internas del Partido Demócrata; luego, al republicano John McCain -y a sus infinitos recursos- en la carrera decisiva por la Presidencia.

En su máximo momento de gloria -aquella noche de noviembre en la que se proclamó vencedor-, Obama le rindió todo el reconocimiento. Con los brazos en alto, lo definió como «el héroe no debidamente reconocido, que ha construido la mejor campaña en la historia de los Estados Unidos de América». Sonrojado, Plouffe apenas si soportaba el lente de la cámara de televisión en el rostro.

Esa noche chocaron manos, se abrazaron y dividieron caminos. Agotado, el estratega regresó a su casa. A disfrutar de las mieles del éxito, a escribir un libro. Se llama The Audacity to Win («La Audacia de ganar») y, por cierto, es recomendable para quien se interese en campañas políticas o en procesos de liderazgo. Y se dedicó también a esperar el nacimiento de su segundo hijo: una damita que, como gesto de cortesía, esperó y llegó al mundo apenas 48 horas después de la memorable noche electoral.Sus colegas en la consultora AKPD Message and Media -la firma en la que trabajó con Axelrod, donde el lema es «el cambio nunca es fácil, pero vale la pena»- ponderan, en tanto, la visión de quien puede trabajar «con un plan A, un plan B y un plan C al mismo tiempo». Y el ingenio y el buen humor con que hace de la necesidad, virtud.

«En la campaña presidencial de Obama, Plouffe fue tan duramente criticado por los republicanos que hasta le reprocharon, falsamente, haber adoptado de modo ilegal a uno de sus hijos. El contestó que la mejor forma de darle ánimos ante patraña semejante era donar fondos para la campaña», relató uno de ellos «Y la cosa… ¡funcionó!», añadió.

Conocer el truco
El dice que se ha visto en peores. En su libro, narra cómo la simple idea de llevar a Obama a la presidencia era una «verdadera audacia». Un reto en el que, reconoció, parecía «imposible» derrotar a Hillary Clinton. Y que sin embargo, el truco estuvo en «entender» cómo funciona el voto en cada uno de los cincuenta estados que componen el país.

¿Cuál fue el secreto? El estratega «conocía bien» esa tierra compleja para su candidato. La había recorrido de punta a punta en su pasado laboral como asesor del senador demócrata Tom Harkin. Y puso todo su conocimiento, dijo, al servicio de ese hito electoral. Ese día se ganó el respeto y la comprobación de que «todo es posible si se trabaja a conciencia por ello». El resto, dice, es método y constancia.

Plouffe fue uno de los que puso especial énfasis en el votante joven. «Sabemos quiénes son los que no están registrados para votar. Vamos a ir donde viven y los vamos a convencer de que se registren», fue su orden. Hoy, hasta eso tiene en contra: un sorprendente estudio acaba de revelar un récord en el alejamiento de los jóvenes del voto demócrata, según acaba de constatar Pew, una de las más reconocidas consultoras de opinión.

Y una vez más, la lucha electoral en los Estados Unidos vuelve a atrapar.

Fuente : Staff Inversiones y Negocios

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